No busco enamorarte sino pertenecerte a ratos,
decirte amor-estigma, candor-ascenso, pasión-delicia,
un pecado no del todo ficticio que pinta para grave,
para declinar al Paraíso y crear en tu ombligo uno nuevo.
Parezcamos un instante, seamos un perjuicio,
te propongo Hades y manjar si te asomas,
un mundo si te acercas, rebeldía si te inclinas.
Vámonos al suplicio de sabernos cómplices,
una suerte forjada a demencia y desmesura,
dos hidalgos encaminados a razón de la cordura,
santos sin auroras que busquen la paz en la locura.
Comencemos a bebernos a saber del camposanto,
no imaginas cuantas veces me he amado en solitario
a conciencia de lo que provoca imaginarte tendida,
rendida a mis entrañas esperando el presente más deseado.
Disparemos la conciencia nuestra al exilio del Edén,
entre beatos y rapiñas dirijamos un cataclismo despiadado,
tú a la sombra, yo a la deriva y en un disparo bien logrado,
ajusticiemos sin fusiles al amor, por habernos encontrado.
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